Para que una estructura fotovoltaica realice su función adecuadamente, debe estar fabricada con los mejores componentes. Además de su forma, su anclaje y fijación o su configuración, es muy importante el material: los más frecuentes son el aluminio y acero.
Las estructuras fotovoltaicas soportan los paneles que recibirán la radiación solar para convertirla en energía eléctrica. Por ello, las estructuras deben ser de la mejor calidad. Uno de los elementos fundamentales para que esto se cumpla es la elección del material para su fabricación. Normalmente, suelen ser estructuras de aluminio y acero, ya que tienen una serie de ventajas que las hacen la mejor elección para todo tipo de instalaciones.
Ventajas de las estructuras de aluminio
Las estructuras de aluminio son las más usadas por sus ventajas: son fáciles de montar y moldear, son ligeras y tienen un alto grado de reciclaje.
El peso de este material es menor que el de otros, de modo que las cubiertas pueden soportar menos peso. Además, agiliza el proceso de instalación, y de transportes, e incluso se trata de estructuras que se elevan fácilmente a tejados o cubiertas.
Otra de sus ventajas tiene que ver con la sostenibilidad. En torno al 95% del aluminio de estas estructuras puede reciclarse. Por ello, se puede volver a utilizar el material, evitando que se produzcan residuos nocivos para el planeta.
Este material, además, tiene una gran conductividad térmica. Esto quiere decir que el calor se puede propagar por su superficie, de modo que no se concentra sólo en algunas zonas, evitando así problemas en la estructura. Además, por su elevado rango de fusión, es capaz de resistir temperaturas extremas.
Por último, nos encontramos con que este material es moldeable, de modo que trabajos como el corte, soldado, taladrado, etc. es muy sencillo. Por esta misma razón, puede adoptar cualquier tipo de forma.
Ventajas de las estructuras de acero galvanizado
Las estructuras de acero galvanizado tienen una capa de zinc sobre la superficie de acero. Así, el acero está protegido de la corrosión, pero además se fortalece contra golpes y abrasión.
Son estructuras sólidas y resistentes debido a las aleaciones de zinc y hierro que componen su proceso de galvanización. En caliente, aseguran que el acero sea resistente frente a golpes y abrasiones, además de que tapan cualquier desperfecto en la superficie del material.
Otra de sus ventajas es que este material no necesita ningún tipo de mantenimiento, es decir, tiene una durabilidad garantizada.
Por último, se debe reconocer su resistencia a las inclemencias del tiempo. Las estructuras fotovoltaicas están expuestas a estos fenómenos constantemente, pero gracias al recubrimiento de acero galvanizado, estas estructuras están protegidas frente a la corrosión y el agua.
Como vemos, hay numerosas ventajas en estas estructuras de aluminio y acero. Para elegirlas, conviene estudiar las necesidades de la instalación, el tipo de estructura requerida y el lugar donde se quiere instalar. Así, se elegirá de entre las dos la más adecuada.
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